Venezuela
es un país con un escaso desarrollo industrial, en comparación con varios de
nuestros países vecinos. Esto es debido al tradicional modelo económico
rentista petrolero, que se estableció hace muchos años atrás, donde los
ingresos estatales casi exclusivamente provenían de la venta del petróleo y la
mayoría de las necesidades internas eran cubiertas a través de la importación.
El anterior modelo económico heredado, es
caldo de cultivo de prácticas viciadas como la especulación y devaluación
monetaria, que conllevan escasez, desabastecimiento, inflación galopante,
dependencia económica exterior excesiva y pérdida de poder adquisitivo en la
población.
Actualmente en Venezuela, se están dando
pasos importantes, en el largo pero apasionante camino de la obtención de
materias primas, con el posterior procesamiento de las mismas y crecimiento del
tejido industrial. Ejemplo de lo anterior es: el incremento progresivo año tras
año de la producción alimentaria nacional, establecimiento de fábricas
procesadoras de alimentos, fábricas de automóviles, tractores, computadoras,
teléfonos celulares, madera sintética, etc. en varios estados del país. Todo lo
anterior contribuye a abastecer en parte la creciente demanda interna, derivada
del aumento del poder adquisitivo de la mayoría de la población venezolana.
En una economía globalizada en la que vivimos
actualmente, el coste de las materias primas y de los productos elaborados, es
semejante en los diversos países que conforman nuestro planeta Tierra. Ejemplo
de ello, es el coste a la (conversión en euros o dólares), de determinados
alimentos, electrodomésticos o servicios que en muchas ocasiones es superior en
los países latinoamericanos (cuya población en general tiene menores ingresos,
menores salaríos mínimos y medios), a los de los países de la Europa
Occidental, (cuya población en general tiene mayores ingresos, mayores salarios
mínimos y medios).
El hecho de que los ciudadanos venezolanos
en su globalidad, dispongan de unos mayores ingresos (a la conversión en euros
o dólares) en comparación con el resto de sus vecinos latinoamericanos (que
disponen de menores salarios mínimos y medios), le permite a la población
venezolana acceder con más facilidad a productos elaborados y no elaborados que
se cotizan a nivel internacional.
Lo anterior se debe en gran manera a las
medidas gubernamentales tomadas en los últimos años, donde se incrementan
anualmente entre un 20% y un 30% salarios y pensiones (a conversión en euros y
dólares), sin realizar devaluaciones monetarias, eso ha llevado al incremento
del poder adquisitivo de los venezolanos en su mayoría.
El principal reto a vencer en materia
económica es derrotar las tasas de inflación elevadas, que se han presentado en
nuestro país en los últimos años, resultado de una elevada demanda de productos
por parte de la población (que dispone actualmente de mayores ingresos económicos
que hace años) la cual no llega a ser cubierta por la escasa oferta de
productos nacionales, recurriendo a la importación. Todo lo anterior agravado
por los vicios especulativos comerciales heredados del viejo sistema rentista
petrolero venezolano.
Por lo anterior es un objetivo prioritario
abastecer la creciente demanda interna de productos y servicios de la población
venezolana, mediante la sustitución progresiva de las importaciones, por
productos nacionales. Con lo cual venceremos el problema de la inflación y
además crecerá aún más la economía venezolana, con generación de gran cantidad
de puestos de trabajo.
Podemos observar medidas gubernamentales
que son muy positivas y alentadoras, como son el buscar la transferencia
tecnológica de otros países hacia Venezuela, para lograr en un futuro que
podamos sustituir gran cantidad de productos, que actualmente se importan, por
productos hechos en nuestro país, y posteriormente podamos exportar hacia otros
países y mercados.
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