Defensa virtual sobre mi ante proyecto trabajo de investigación
sábado, 4 de octubre de 2014
La Ética Como Valor en
el Proceso de Investigación.
La dinámica de la construcción de conocimiento
es cada día más y más importante para el aprendizaje del ser humano, independientemente
de cual sea su profesión o el lugar en el que esté radicado. Es por ello que el
hombre se siente motivado a emprender proyectos de investigación con normativa
de propiedad intelectual, dando respuestas a situaciones que considera deben
ser aclaradas o presentadas ante un público que poco conoce o a experimentado
sobre estas temáticas extraídas de la realidad y cubrir así una necesidad
social desde el punto de vista de la información y del conocimiento.
La investigación académica es una actividad
reconocida. En estos tiempos, en los que
se habla de que estamos en una sociedad de Información y de conocimiento, merece especial atención ya que se revela que
la producción de conocimiento científico es un factor decisivo que hay que
considerar como resultado de esa tarea del hombre para evolucionar e indagar en
el conocimiento de la naturaleza. Ha sido tradicional la inmersión de las humanidades
y de las ciencias sociales en el proceso de desarrollo científico y técnico: Educación,
Sociología, Economía, Estadística, Ciencia Política, han intentado comprender
los procesos inherentes a la actividad investigadora, a la producción de
conocimiento y a su gestión.
Para cubrir estas necesidades de motivación, el hombre
acude al proceso de investigación, el cual a través de métodos científicos
busca información con carácter fidedigna acerca de una realidad o ámbito de
contextualización, aplicando entendimiento, verificación y explicación del
fenómeno objeto de estudio. En ese sentido, se requiere buscar información
sobre algo en diferentes fuentes, bien sea libros, textos, periódicos,
publicaciones, artículos científicos, contenidos de internet, entre otros; y
para ello se necesita contar con hallazgos. Se trata de indagar acerca de lo
que se va a estudiar con un criterio abierto, honesto, ético y moral.
Los criterios éticos que deben regir en una
investigación son: la búsqueda de la verdad y la honestidad para que la
presentación de los resultados de la investigación correspondan a los que se obtuvieron
en el proceso, sin distorsionar los fenómenos hallados para beneficio personal
o de intereses de terceros. ¿Qué quiere decir esto? Desde el primer momento en
que se formula una hipótesis –paso fundamental para el proceso de investigación
social•, se está apostando por alcanzar objetivos inherentes a un interés
personal, grupal o social de acuerdo a la iniciativa desde donde parta el
desarrollo de la investigación. El riesgo al que se expone el investigador social
es que al darse cuenta, generalmente tras arduas temporadas de trabajo, de que
la hipótesis planteada no se corresponde con la realidad encontrada se verá
tentado a “maquillar” sus resultados en aras de disimular su error.
Sin embargo, rechazar una hipótesis no debe
implicar, necesariamente, desvirtuar los resultados reales de toda la
investigación, teniendo en cuenta que éstos son conocimiento científico y, por
tanto, dan cuenta de una realidad investigada que debe ser valorada. La ética
de la investigación ya no se limita a defender la integridad y el bienestar de
los sujetos, a fin de protegerles frente a eventuales malas prácticas –a pesar
de que esto sea todavía un aspecto fundamental–, sino que pretende definir un
marco completo de actuación. Sin olvidar que la difusión y aplicación de
estándares o de buenas prácticas científicas no sólo beneficiarán a los sujetos
de la investigación, los sujetos humanos, sino también a otros sujetos –no
humanos– y a otros grupos. Grupos que antes eran invisibles o casi irrelevantes
para la comunidad científica.
Según el Dr. González
(2008), un problema
ético es aquello que no está correcto y que afecta al individuo y a la sociedad.
Algo que afecta la dignidad del individuo. Afecta el bien común. En este
sentido trasciende los intereses de la institución. En un sentido amplio, un problema
ético es un acontecimiento en el que se plantea una situación posible en el
ámbito de la realidad pero conflictiva a nivel moral. Ello demanda, bien una
solución razonada del conflicto, o un análisis de la solución adoptada por el
sujeto protagonista de la historia.
FORMACIÓN ÉTICA DEL INVESTIGADOR
El proceso de formación ética del investigador está
impulsado por las exigencias que propicien, sustenten y enfaticen los criterios
de la ética, la moral, los valores y que solidifiquen el comportamiento del
investigador. Esta se fundamentará en las actuaciones del investigador,
es decir, estará abierto a difundir conocimiento, profundizar saberes y
demostrar desempeño dentro de las normas éticas establecidas en la Ley de
Universidades.
En tal sentido, Santana (2000), plantea la existencia de
elementos que contribuyen a garantizar las normas éticas en las
investigaciones denominadas:
a) Contextualización: Enmarcar la realidad cónsona con
las circunstancias donde se desarrolla la investigación.
b) Credibilidad:
Demostrar congruencia de lo que siente, piensa y dice en las investigaciones
tutoreadas.
c) Fortaleza:
Trasmitir seguridad y fortaleza apoyada en la autoestima.
d) Perseverancia: Formar hábitos y actitudes éticas con
demostración de constancia en el trabajo.
e) Libertad: Generar conductas espontáneas producto
de la propia convicción.
f) Responsabilidad:
Asumir los compromisos que se generen en las investigaciones.
g) Crítica: Razonar críticamente normas, reglas y
principios y ajustarlas a la realidad.
h) Reflexión:
Buscar y aplicar estrategias con reflexión profunda.
i) Relación
de Cooperación: Demostrar disposición para la interacción, comunicación,
afectividad, respeto y amor.
Estos elementos, propician espacios para que las
universidades de hoy difundan la conformación de novedosas formas de
investigar, uso de equipos modernos, desarrollo de trabajos de
investigación, aplicación de métodos prácticos y atención a los problemas
propios del medio ambiente presentes en la vida diaria intra y
extra-universitaria.
Ahora bien, el punto de partida del investigador de
acuerdo a las exigencias del medio, contribuirá e iniciará el verdadero
desarrollo de los trabajos de investigación dotado de ética, responsabilidad,
proyección y asertividad. Éste planteamiento, conlleva a insertar al
investigador en la clasificación de los grupos de trabajo representados por
Robbins y Coulter (1996), los cuales representan utilidad y trascendencia en el
hecho investigativo, propician un clima pertinente que atienda las
necesidades y circunstancias del entorno en la formación investigativa
del docente en Educación Superior.
Lcdo.
José Angel Salcedo
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